La mejor y más fructífera etapa en los cachorros son los primeros meses de vida, en los cuales la inmadurez física es susceptible y responde a una clase restringida pero importante de estímulos.
Cuando los cachorros nacen, sus ojos están cerrados y su sistema digestivo tiene una capacidad limitada que requiere estimulación periódica por parte de su madre, quien los lame de forma rutinaria para promover la digestión y activar su sistema excretor. A esta edad solo pueden oler, succionar y gatear. La temperatura corporal no la pueden regular por ellos mismos y la mantienen acurrucándose cerca de su madre o arrastrándose en montones con sus otros hermanos. Durante estas primeras semanas de inmovilidad, los investigadores notaron que son sensibles a una clase restringida de estímulos que incluye estimulación térmica y táctil, movimiento y locomoción.
Estudios realizados han demostrado que sacarlos de su nido durante tres minutos cada día durante los primeros cinco a diez días de vida hace estimular los sistemas hormonal, suprarrenal y pituitario. Cuando se probaron más tarde como adultos, estos mismos animales pudieron resistir mejor el estrés que los compañeros de camada que no estuvieron expuestos a los mismos ejercicios. Como adultos, respondieron al estrés de manera «graduada», mientras que los otros compañeros de camada respondieron de «todo o nada».
En estudios realizados en perros y gatos se ha demostrado que, aquellos que han sido tratados con ejercicios de estimulación temprana , maduran a un ritmo más rápido y se desempeñan de adultos mejor en ciertas pruebas de resolución de problemas que los que no fueron tratados con dichos estímulos.
Seguidamente pasamos a describir el programa de Estimulacion temprana (ESI):
PROGRAMA ESI ( Early Scent Introduction)
Es un programa de entrenamiento para cachorros diseñado para mejorar su capacidad para identificar y reaccionar a olores específicos. Mejorará su respuesta neurológica y mejorará su percepción en los olores en etapas posteriores.
A efectos prácticos, estos resultados significan el potencial para mejores perros de compañía, de servicio y de terapia.
Las habilidades de olfato son a menudo muy importantes. Solo como ejemplo, cuando un perro es el compañero de un niño con autismo, es probable que su función principal sea una especie de guardián, ya que los niños con autismo pueden tener una tendencia a deambular o salir corriendo. Si el perro es capaz de seguir fácilmente el olor del niño y localizarlo, en realidad podría salvarle la vida.
Otra situación en la que las habilidades olfativas pueden ser muy importantes podría ser alertar a una persona mayor sobre una fuga de gas o sobre algo que se está quemando en la estufa; nuevamente, existe la posibilidad de salvar una vida.
Los perros de servicio también pueden usar el olor para identificar las primeras etapas de una reacción diabética o el inicio de una convulsión. Todas estas habilidades se ven potenciadas por este programa de estimulación al que se somete al cachorro. Por supuesto, no todos los perros serán animales de servicio o de terapia.
Independientemente de la función que desarrolle el perro cuando sea adulto, no deja de ser cierto y positivo el hecho de desarrollar su función olfativa y cerebral. La capacidad olfativa de un perro puede ser entre 10.000 y 100.000 veces más sensible a la humana dependiendo de la raza y ejemplar. Así mismo el área cerebral que procesa los olores en el perro es 40 veces superior a la nuestra lo cual determina que el olfato en un perro es una función de su intelecto.
SOCIALIZACIÓN
La estimulación neurológica temprana y la socialización influyen en cómo se desarrollará y formará el cachorro como individuo, y tienen un tiempo limitado.
La falta de una socialización adecuada generalmente da como resultado un comportamiento deficiente y muchas veces con reacciones negativas, indeseadas, exceso de temor, insuficiencia de madurez sexual e incluso indiferencia hacia el sexo opuesto. Y, en cambio, los cachorros que se manejan temprano y de forma regular generalmente no se vuelven tímidos cuando son adultos, ni son miedosos y soportan una mayor tolerancia al estrés.
Hay que tener en cuenta que se considera que la genética representa alrededor del 35% del carácter del animal, y que el 65% restante lo aporta el manejo, el entrenamiento y la nutrición, con lo cual esta última parte puede marcar una gran diferencia en el carácter de tu cachorro.
En Montmayor Dream’s trabajamos para conseguir ejemplares preciosos tanto por dentro como por fuera, por eso practicamos programas de estimulación neurológica temprana, socialización y experiencias de enriquecimiento que mejoran su capacidad de entrenamiento, salud, desarrollo mental y potencian el desempeño individual de adultos, marcando una gran diferencia con los cachorros que no han sido sometidos a este programa.